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El Faro

    Hola, hola, hola!!!!

    Hoy me trae aquí la historia de este faro.

    Apenitas comenzaba el cierre total de todo por la cuarentena de este particular año, por llamarlo de alguna manera, me quedé petrificada sin saber muy bien qué debía hacer.

    Por un lado deseaba seguir trabajando, a la vez que consideraba impropio salir a ofrecer artículos decorativos en ese escenario.  Entonces decidí cumplir con un pendiente que deseaba hacer desde siempre, pero no lo había realizado por falta de tiempo, planos que fueran de ayuda y obviamente costos ya que los materiales para mí eran fundamentales para enfocarlos en este proyecto emprendido.

    Así que empezamos a jugar a “Pao la constructora” y cruzando dedos para no cometer errores.  Este faro en particular está inspirado del único faro que me enamoró de una publicación de pinterest, lo veía elegante y con muchos detalles que conformaban un desafío conseguir y puse manos a la obra.

    En un principio y desconozco si era un tema de angustia personal, ansiedad o el simple hecho de no estar elaborando pedidos, pero comenzó a tomar forma de inmediato, casi que había una gran contradicción en mí, ya que deseaba verlo listo pero a la vez es como si el postre favorito se fuera culminando muy pronto.

    De repente ya estaba completo y le faltaba su base de vidrio donde se me planteaba el mayor desafío hasta allí por la forma que tenía, eso sin contar que sólo contaba con una placa pequeña de vidrio marrón y desconocía si llegaría a cubrir con el mismo la cantidad de piezas a cortar.  De cometer algún error, hubiera tenido que dejarlo a un lado y postergar su culminación hasta tanto la cuarentena concluyera.

    Pero llegué y una vez con su base de cristal, debía confeccionarle su escalerita que era como la frutilla de la torta ya que se me antojaba uno de sus detalles más adorables.

    Hasta aquí había sido un camino precioso y me llenaba de alegría verlo y haberlo logrado sin tener plano alguno, pero el mismo había sido concebido para ser lámpara y todo estaba cerrado, los lugares que suelo frecuentar no estaban abiertos y cuando comenzaron a hacerlo era con una atención muy diferente a la que estaba acostumbrada.  Era riesgoso trasladarlo para poder hacer alguna prueba en esos negocios, algunos sólo atendían desde la calle, así que ahora sí era tiempo de dejarlo descansar.

    En días siguientes en Instagram habían lanzado un concurso para mostrar la utilización de una herramienta en un proyecto, para el mismo le tomé fotografías y decidí componer un montaje colocándolo sobre rocas donde las olas estallaban y a partir de ese momento intentaba convencerme que la idea loca de montarlo en una roca debía descartarla y tal vez optar por buscar una marmolería donde solicitar se confeccionara una base donde luciera bello.

    La vida comenzó un poco a retomar su ritmo en forma lenta, pero yo ya estaba trabajando en pedidos y proyectos, así que mí faro podía esperar un tiempo más para iluminarlo y abastecerlo de una base.

    Mientras tanto algunas personas me contactaron planteando su interés en él, pero no estaba en mis planes dejarlo ir.  Así que ofrecía la posibilidad de realizar otro alguna vez, pero éste no.

    Dentro de las insistencias apareció Hana a la voz que lo quería y como dije antes le ofrecí realizar algún otro más adelante, pero no había forma, ella lo quería y yo también.  Finalmente cedí y era momento de volverse a enfocar en él.  Ambas teníamos similar idea sobre su culminación, mármol o roca, pero una cosa era la teoría y algo muy diferente la práctica.  Y aunque quiso sobornarme a enviarlo como estaba hasta ese momento, en ese sentido no hubo forma de convencerme.

    Era mí faro y no lo iba a dejar incompleto.  La marmolería más próxima siempre estaba cerrada y un buen día paseando a Hinojito  veo en el frente de una casa unas piedras colocadas en el piso en forma vertical como que aguardaban ser utilizadas o habían sobrado de algún trabajo, pero visualicé una de ellas y sabía era la indicada.

    Le toqué timbre al dueño de casa y le solicité saber dónde las había comprado y me preguntó para qué era, le expliqué que tenía una perfecta para lo que precisaba y se la compré.

    Esa piedra en un inicio poseía un dibujo que parecía haberse planeado para que el faro la habite, pero había que trabajar sobre piedra y poco sabía yo de tallar piedras.

    Como no fue un año de llanuras en mi vida y dentro de ello gozaba de la constante presencia de un plomero que debió realizar varias reparaciones, solicité que con una amoladora recortara la piedra en un lugar donde se veía demasiado grande, pero no me agradaba la línea recta que la amoladora había dejado.  Así que puse manos a la obra para intentar devastarla e intentar que luciera más natural sobre el corte, pero…. pasaron cosas.

    Comenzaron a desprenderse algunas capas de la piedra y cada vez se veía más lejana a la que a primera vista era la indicada.  De todas maneras decidí enviar imagenes a Hana para que la evaluara y aunque no se crea, decidió enviarme una imagen de una piedra que ella poseía y era muy parecida a la mía, sólo que sin recortes, además que contaba casi con las mismas medidas.

    Su piedra era muy bella, con una línea anaranjada que la rodeaba y tan perfectamente plana que invitaba a querer utilizarla, pero claro que hay algo que no he dicho:  Ella es de Mar del Plata y yo estoy en Buenos Aires.

    Entonces Hana dice: no se hable más, yo te envío la piedra y yo que no puedo terminar de comprender la situación: cómo vas a enviarla, es una locura y un largo etc que no termino de poder enunciar, pero ya es un hecho en el que aparentemente no piensa desistir.

     

    CAPITULO CORREO:

    A la voz de ya la envié se comunica conmigo, pero no deja de ser interesante el tema ya que le informan mal en el correo la sucursal a la que debía ser enviada (Primer tema),  ella deja entrever algunos detalles del envío donde le explican que es imposible realizarlo, pero no entraremos en demasiados detalles.  Se retira del correo, demora unos minutos y dice que el objeto en cuestión no iba a ser enviado ya que en su auto lo había retirado e insiste en realizar la operación, y cuándo es interrogada al respecto del contenido su frase aún me hace reir: dice que retiró una linterna que tenía el vidrio en cuestión y que el resto son libros.

    Libros en formato de piedra y una linterna que no existía sino recortes de vidrios que se le ocurrieron desear enviármelos para que los tuviera conmigo.

    Aguardé entonces a saber que había llegado al destino y gracias a la gentileza de gente del correo pude solicitar la acercaran a la sucursal más cercana a mi domicilio ya que en esa salida a buscarla tendría un momento de pasear, cosa que aún no he hecho y despejarme un momento.

    Tan contenta fui al correo a retirarla y tan convencida de esos 20 años que habitan en algún lugar de mi corazón.  Ese paquete pesaba horrores y si bien no son demasiadas cuadras hasta mi casa, fueron casi 15 hermosas cuadras cargando algo que me estaba partiendo al medio.

    La contractura duró por días y días, pero ya estaba en casa.  Mis temores eran muchos, no sabía si podrían haberla golpeado y dejarla sentida en algún lugar, tenía terror de dañarla en el trabajo y no tenía ni la más remota idea de cómo hacer que en ella hubiera un portalámparas, detalles…

     

    CAPITULO LUCES:

    No concebía la idea que la luz no iluminara su parte superior, el faro en sí mismo, para lo cual evalué diferentes alternativas, como por ejemplo utilizar un neón en su parte superior, pero se complicaba porque sólo los encontraba en color anaranjado y precisaba una luz blanca.  Pasé a pensar en dos lámparas, pero para ello hubiera precisado abastecerlo de un dimmer que encarecía el tema en forma desmedida, busqué otras alternativas pero debía pensar en un transformador que independientemente del tamaño no justificaban el gasto y sí pienso en eso porque laburo en la forma que me gustaría me dieran  posibilidades accesibles a mí.

    Ya casi había definido que la mejor opción era una tira de luces led con alimentación usb, pero el único lugar donde las conseguía era en Córdoba, consulté con Hana si estaba de acuerdo y me dio el ok.

    Realicé al vendedor una consulta por mensaje para saber que el cable sería blanco y pensé mañana hago la compra.  Pero el que no corre vuela y faltando 10 días para el 8 de Diciembre llevaron su valor al doble y me enojé mucho por el oportunismo, la mayoría de las tiendas no las mostraban por eso solo había un lugar de Córdoba que las tenía y encima cuando todas las tiendas las vendían lo hacían a un valor ridículo, sumamente elevado tomando partido de las fiestas.

    Decidí desistir de esas luces negándome a comprarlas, y conseguí una lámpara led que era el tipo de luz que podía utilizar ya que una lamparita común al tomar temperatura terminarían por dañar los cristales que conforman el faro.

    Hasta aquí parece que ya estaba todo resuelto pero no, debía ir a comprar el caño roscado y créase o no en la ferretería me informaban que hay muchos artículos en falta, por tanto y de casualidad en una pequeña casa de materiales eléctricos pude conseguir el último que les quedaba.

     

    HORA DE ENSAMBLAR:

    Llegó la hora de armarlo y un pánico atroz con la piedra a la que decidí trabajarla previa prueba, comencé a hacer testeos con minitorno del que no daré la marca por lo indignada que estoy ya que había ganado el concurso un organizador de verduras (yo estaba muy orgullosa de mi faro che).

    Probé sobre la piedra fallida, esa que había comprado y cuando vi que resultaba, en puntitas de pie junté coraje y conteniendo la respiración procedí a hacer las perforaciones para las patas de alambre con las cuales había abastecido al faro para que no quedase simplemente apoyado.

    Realicé un fresado en su parte inferior luego de haber perforado el orificio por donde pasaría el caño roscado, mi idea era que el cable saliera por un costado y que el cable tuviera un canal por donde pasar y lo logré.

     

    ENVIO:

    Teníamos conversado que de ninguna manera el mismo llegaría a sus manos por correo, me comprometí a hacérselo llegar en mano por tratarse de este tipo de pieza. No daré más detalles al respecto ya que era una excepción que no vuelve a repetirse, pero debía tener que tener esa oportunidad y afortunadamente se dio.

    Me rodearon miles de emociones, desde haberme dado cuenta que había escogido ese proyecto inconscientemente y tal vez como una búsqueda propia, me acompañó en un año difícil, me desafió, me hizo pensarlo y repensarlo y finalmente enfrentarme a que ya no era mío.

    Me colma el alma el amor con que lo quiso, y las imagenes que ilustran esta publicación son todas de su nueva morada.

     

    Este trabajo fue muy especial, siempre digo que se como empiezan las cosas más nunca como terminan y no estaba en mis planes que esta historia pudiera ser escrita en este blog como cierre de este año.

     

    Mi plan un poco pensado por lo complejo que ha sido contarlo, tiene como meta el próximo año hacer más párticipe a quienes me leen y acompañan del otro lado con procesos graficados donde aparte de ver un trabajo terminado puedan ser parte del proceso, cosa en la que estoy trabajando.

    Ha sido hermoso tenerlos de compañía y de todo corazón en este último posteo del año deseo brindar con ustedes agradeciendo cada muestra de confianza en mi hacer y el cariño que recibo.  Mis mejores augurios para el año venidero y ojalá las situaciones nos traten mejor y puedan curarnos las heridas de este año donde todos de una forma u otra precisábamos un Faro.

    Los quiere. Pao.

     

     

    Fotos propias correspondientes al trabajo en la piedra.

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    4 pensamientos en “El Faro”

    1. Que hermoso tu relato Pao, con todos los detalles, tan cálido y cómico como vos!! Me encanto saber la historia, el paso a paso detrás de escena.
      Me siento afortunada de tener semejante obra tuya hecha con tanta dedicación y sentimiento.
      Hoy es un día de lluvia y vientos fuertes en Mar del plata, me preparé un mate y pase la tarde contemplando el faro, admirando la escalerita, las ventanas, el mirador, todo increíble, es soñado!!!
      Acá lo cuidaremos junto con otras obras tuyas y disfrutaremos su luz!!! Graciasssss!!!

    2. Hola hola hola!!
      Me enamore de El Faro.
      Quería saber si tenes en stock y su valor.
      Muchas gracias!!

      1. Hola Paula y disculpas por la demora, pero he tenido inconvenientes con el sitio y recién ahora veo tu mensaje.
        Muchísimas gracias por tus palabras, no tengo en stock ya que es un trabajo que sólo realizaría por encargo. De todas maneras habría que saber para cotizarlo las características que precisás que tenga, ya sea en los vidrios, base o iluminación. Si me escribís por mail con mayores detalles ahí podemos conversar.

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