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Detrás de escena

    El changuito, El gato y el Hada.

    Cuando me disponía a la labor de tener que fotografiar lo realizado para comenzar a montar la web “pasaron cosas” 😂.

    Hay ciertos lugares que amo, quienes me conocen saben que mi hábitat podría ser una maceta perfectamente.

    Amo la naturaleza y estar en ella. En casa no poseo mucho espacio así que pensando en algo cercano donde ir a fotografiar resultaba muy tentador pensar en la Quinta Trabucco.

    Embalé cuidadosamente cada pieza, pero había llenado dos cajas grandes. Sí imaginamos dos cajas llenas, más mochila con equipo fotográfico se hacía como descabellada la idea. Fue entonces que pensé en el siempre noble “changuito para hacer los mandados” 😏.

    Coloqué prolijamente las cajas allí, subí todo al auto, Y a una frenética velocidad de 30ksm. X hora allí fui.

    Al ingreso hay otra anécdota, pero la dejaremos para otra ocasión.

    Con mucho glamour digno de quien hace coquetos vitraux ingresé airosamente cual equeco glamoroso con un changuito.

    Al llegar me percaté que no parecía muy sensato visualmente para quien reparará en mí, de todos modos comencé a caminar arrastrando el changuito buscando rincones bonitos para realizar las fotos.

    Así fue que hice unas cuantas paradas, desembalaba, armaba escena, foteaba y así muchas veces; unas cuantas… a juzgar que regresé con 524 fotos 🙈.

    Es bien sabido que la Quinta Trabuco está muy poblada de gatitos, de todos los tamaños y colores, que a veces nos siguen en busca de atención.

    Ya casi había concluído el recorrido hasta que percibí un tronco caído donde ya hiciera fotos en otras ocasiones y pensé: Eureka!, Es momento de tomar las guirnaldas de luces en este sitio más sombrío y hacer lindas fotos de las hadas.

    Vuelvo a armar todo y ya casi listo cuando terminé de colocar las luces y estoy presta a disparar la cámara, de la nada salta hacia la escena un gato cual puma.

    Como describirte la conjunción de terror, no porque no me agraden los gatos, pero no sabía de prioridades: la cámara, el hada, las luces!!!!! Socorro 😱.

    El condenado estaba intrigadísimo con las luces y ya subido al tronco tomó la guirnalda como si de un ovillo de lana se tratara y comenzó a pegarle manotazos enredándose más y más.

    El hada ya estaba a salvo, pero en medio de un ataque de risas (desconozco si de nervios o por simple objetividad de la escena) me di a la tarea de desenredar al minino y recuperar las luces. Ahí decidí que era hora de regresar.

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